Marta de la Rica firma un ejemplo soberbio de sensibilidad al transformar una casa en el lugar propio; un chalet de estructura rectilínea, cien por cien minimal y de volúmenes cúbicos del arquitecto brasileño Marcio Kogan, en un barrio residencial de Madrid. El mandato del propietario era dar calidez a un envoltorio que tiraba a frío para poder crear y criar una familia. “Necesitaba un poquito de alma, explica la diseñadora. Trabajar un edificio de Kogan es un honor. La arquitectura del edificio era muy potente y estaba concebida para ser la protagonista. Nuestra labor era vestirla de color y calor pero sin tapar su personalidad”.

Fuego en el corazón – Sofá Chesterfield Loor de Crearte Collections.

Edición 521