La madera de pino es la clave de esta cabaña. “Antes de la reforma era todo muy oscuro y mal aprovechado”, nos dice la decoradora Carmen Caubet, que ayudó con el gran cambio a sus propietarios. Ella está convencida de que el mayor acierto fue precisamente la insistencia de la pareja en conservar la madera. “Decidimos quitar todo el barniz con el reto que el color de la madera no amarilleara”. Los dueños se enamoraron de la cabaña porque se dieron cuenta de que sería un auténtico refugio para ellos. Además de su ilusión, la llenaron de ideas. Recuperaron y mimaron, pero también demolieron y abrieron paso a la luz y a una mejor distribución.

Mi cabaña me mima – Butaca y Reposapiés Avis & Taburete Luxor de Crearte Collections.

Edición 668 – 2